Con el cántaro a la fuente

marketing olfativo

Cantero, ceramista, bordador.

Tornero, ebanista zurcidor.

Encajero, broncista, dorador.

Los oficios tradicionales se pierden en el olvido y en rincones remotos subsisten a duras penas.

Hoy traemos a nuestro espacio olfativo a una rescatadora de oficios que trocó su actividad de mariposa sintética a hermosa crisálida, dándole la vuelta a un pasaje del desvalido Don Mendo. Salióse de una profesion sintética para dedicarse a la hermosa búsqueda de oficios aunténticos.

Y así es como Cristina Vallejo, se bienrecicló (hay quien se recicla pero mal) hacia la alfarería textil con un estilo atrevido, colorista y olorista, que evoca bodegones impresionistas, paisajes florales, paseos campestres, y encuentros con los sabios protagonistas de lugares remotos que nos contarán historias fabulosas si nos vamos a su encuentro.

Entradas Relacionadas
Entrada anterior
El perfume de Frida Kahlo
Entrada siguiente
Olor a chamusquina

Más Entradas Recientes

Menú