Hoy traemos una polémica entre dos maestros que acabó inventando el barroco en el siglo XVII.
Bernini, artista polifacético, arquitecto, escultor, pintor, escritor de comedias y compositor, era hombre de mundo, extrovertido, simpático y protegido de los papas. Jugó a ser arquitecto y en realidad era un magnífico escultor.
Borromini, por el contrario era tímido, solitario, introvertido e inestable emocionalmente hasta el punto de desaparecer del mapa por voluntad propia. Muy entregado a su trabajo, fue un innovador en diseños y materiales que manejó cánones clasicos con audacia, libertad e imaginación. Fué un genio de la arquitectura.
A Roma fueron los dos de jóvenes. Aroma es lo que desprenden sustancias o reacciones químicas determinadas, como chamuscarse el brazo.
Pues eso es lo que hizo Bernini, chamuscarse el brazo, para dar realismo a si mismo como modelo en una de sus obras maestras: Anima Dannata que está en la Embajada de España en la Santa Sede (Roma), donde saludamos a ClaSe.
No sabemos si la expresión tan brutal es fruto del dolor de las quemaduras o del olor a chamusque.