!Quelle puanteur…!

marketing olfativo
Signature scents at hotels

El sistema límbico, como ya sabemos, se encarga de clasificar un aroma como agradable o aversivo. Al entrar en un hotel y dentro de esta segunda opción, puede ocurrir que la fragancia implantada para satisfacer al cliente implique un rechazo radical, o que simplemente que apeste : “quelle puanteur“.

La aromatización de un espacio, y más uno transitado -si el negocio va bien- como es un hotel, debe hacerse considerando no sólo la elección de una fragancia apropiada, sino tambien estudiando espacios, buscando la sutilidad de la sensación olfativa, las subidas y bajadas en intensidad, la aparición caprichosa de las diferentes notas que sólo un perfume para ambiente podrá contener.

En el segundo caso, los malos olores, es frecuente tratar de compensarlo con un ambientador, y no. Lo correcto es implantar un neutralizador en la fuente que elimina todos los olores, los buenos y los malos, y después aromatizar.

Don Mendo acerca del Marquis de Puanteur:

! Hay que combatillo, batallallo, peleallo, y abatillo!


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