Su mirada, su particular peinado bicolor, su aspecto de fruta madura, sus colores, sus palabras, su humana humanidad. Es Agnes vista por Varda, o al reves, lo mismo da.
Nos encontramos este icono del cine, del documental, de la fotografia, de la grandeza en las cosas pequeñas, en su ultimo adios en formato de film. Su película estrenada a título póstumo “Varda par Agnes”.
Escuchar cómo descubría permanentemente nuevos proyectos es una enseñanza sabia y un legado de enorme valor para precisamente valorar la vida, las cosas y las personas. Esas personas en las que descubre la pasión y la hace suya a modo de inspiración, la transforma y utiliza en su proceso de creación, para finalmente compartir. Asi, inspiración, creación y compartir forman su prolífica producción.
Vean esta película y descubriran olores inéditos en las pequeñas cosas, en los abundantes personajes que nos rodean, en la imaginación, el reciclaje, la creatividad y el amor por lo humano.
Es esta mujer capaz de recordarnos a qué huele el lado bueno del ser humano.